Quevedo en La Villa de Cetina

D. FRANCISCO DE QUEVEDO
Algunos datos biográficos
D. Francisco de Quevedo y Villegas nació en Madrid el sábado 17 de septiembre de 1580, en realidad 27 del mismo mes, según la corrección del Calendario Gregoriano. Nueve días más tarde recibía el bautismo en la iglesia parroquial de San Ginés.
Fue el tercer hijo de cinco que tuvieron el escribano de Cámara de Sus Altezas, Pedro Gómez de Quevedo y doña María de Santibañez, dama de la reina.
Quevedo perdió a su padre en 1586. Su madre pasó entonces al servicio de la infanta Isabel Clara Eugenia: por lo que desde niño pudo conocer el mundo de las intrigas cortesanas, del que extrajo abundantes experiencias para su vida.
Cursó cuatro años en los Estudios de la Compañía de Jesús, donde se educaba toda la nobleza de Madrid, y en septiembre de 1596 se trasladó a Alcalá de Henares para hacer su ingreso en la Universidad. En 1600 termina los cuatro años de Artes, aprueba la licenciatura y se matricula en Teología, que no concluye al morir su madre en 1601.
En 1602 aparece en Valladolid, donde reanuda sus estudios de Teología.
El año anterior se había trasladado allí la corte donde el joven escolar fue pupilo del secretario del Consejo de Aragón, Agustín de Villanueva. Y por intervención de la Duquesa de Lerma, halla colocación en Palacio.
A la muerte de Felipe II, el ambiente de España se llena de ansias de libertad y ganas de vivir, y Valladolid se inunda de gentes de toda condición, en búsqueda de aventuras y galanteos. Al olor de las fiestas y de los magnates, los poetas se multiplicaron. Si faltaba dinero se recurría al préstamo.
En esa época los más famosos autores de comedias representaban en Valladolid, D. Francisco hizo su primera inserción seria en el campo poético en las Flores de poetas ilustres de España con su letra de "Poderoso Caballero es Don Dinero".
A los tres años de estancia en Valladolid, es poeta famoso y mantiene correspondencia con los hombres más sabios de España. Conoce a Miguel de Cervantes y comienza una eterna enemistad con Luis de Góngora.
Comienza a verse comprometida desde entonces su situación económica, cuenta únicamente con el Censo de la Torre de Juan Abad (Ciudad Real), origen para él de innumerables pleitos y disgustos que arrastraría durante la mayor parte de su existencia.
De novio a esposo de Doña Esperanza de Mendoza
De todos es conocido el gran número de escritos de Quevedo, tanto en prosa como en verso, en que se muestra contrario al matrimonio, entre otros:
"Siempre fui señor licenciado de opinión, que a los hombres que se casan los había de llevar la iglesia con campanillas delante, como a los ahorcados, pidiendo por el ánima del que sacan a ajusticiar, y habían de llevar Cristo delante y teatinos que los animasen."
Y en verso:
Dime: ¿Por qué, con modo tan extraño,
procuras mi deshonra y desventura,
tratando fiero de casarme hogaño?
Antes para mi entierro venga el cura
que para desposarme; antes me velen
por vecino a la muerte y sepultura;
antes con mil esposas me encarcelen
que aquesa tome; y antes que "sí" diga,
la lengua y las palabras se me yielen.
Antes que yo le de mi mano amiga,
me pase el pecho una enemiga mano;
y antes que el yugo, que las almas liga,
mi cuello abrace, el bárbaro otomano
me ponga el suyo, y sirva yo a sus robos,
y no consienta el himeneo tirano.

El domingo de carnaval, 26 de febrero de 1634, tuvo lugar el matrimonio de Quevedo con doña Esperanza de Mendoza. La tradición cuenta que se realizó en la capilla del palacio-castillo, vivienda de los señores de Cetina.
Esta fuera de toda duda que el Duque de Medinaceli fue el artífice del matrimonio de Quevedo.
Los enemigos de Quevedo remitieron a doña Esperanza un soneto infame del que extraemos estos versos:
Si no sabéis señora de Cetina,
quienes, teñido, el setentón Quevedo
sabed que es un frisón y un hueleapedo,
y que, de no comer, hace canina.

Poco tiempo permaneció el escritor en Cetina, posiblemente sólo, hasta finales de Abril, durante ese tiempo comenzó a escribir su obra La Virtud Militante.
Se supone que a causa de la separación del marido, de la muerte de su hijo y también por pleitos con los vecinos doña Esperanza cae enferma y muere el 30 de diciembre de 1642.
Don Francisco de Quevedo fue hecho prisionero en 1639, y encerrado en San Marcos de León, por un memorial que escribió a Felipe IV criticando la desastrosa política del Conde Duque de Olivares, que según su parecer amenazaba con dar fin a la monarquía.
No fue liberado hasta el 7 de Junio de 1643, una vez caído de su poder con gran estrépito el Conde Duque el 23 de Enero, tras perderse Brasil, Portugal, levantarse Cataluña y sospecharse del alzamiento de Andalucía.
Y murió en Villanueva de los Infantes el 8 de septiembre de 1645, muy enfermo de disentería. Fue sepultado en San Andrés.
Sus albaceas no cumplieron su última voluntad, de que lo trasladasen al convento de Santo Domingo en Madrid, a la tumba de su hermana doña Margarita.
Su biógrafo cuenta la incalificable profanación de que fue objeto su sepulcro semanas después, de cómo un caballero (que no lo era sino de nombre) arrebató sus espuelas doradas, para salir a rejonear con ellas. Pero una cornada mortal del toro hizo justicia y puso escarmiento en tan abominable acto.
Cuando en la Corte se supo del lance, fueron muchos los ingenios que vindicaron la memoria escarnecida del célebre escritor.

Documentación extraída de las obras: "Epistolario completo de Quevedo" de Luis Astrana Marín y "Quevedo y Cetina" de Joaquín Ibáñez Lacruz

Comentarios