"Hay que elegir bien el lugar donde cumples los años"

Todo está escrito en las estrellas. O, mejor dicho, en su luz. Al menos eso piensa la astróloga María Jesús Azkue, quien investiga posiciones e influencias, latitudes y ángulos. Su vida gira alrededor del sol y de los planetas, siempre en órbita y a la estela de los vientos

jon mujika - Domingo, 11 de Abril de 2010 - Actualizado a las 08:07h.

la casa del libro. Compró la libertad a buen precio: unos años de trabajo como diseñadora para financiarse la pasión de la astrología, una ciencia ancestral que embaucadores y petardistas han desprestigiado con mañas de rufián. María Jesús no, María Jesús se siente descendiente de los hombres que miraron al firmamento. En un mundo de equinoccios, planetas regentes, y constelaciones del zodiaco; en un universo donde la eclíptica, el plano por el que se traslada la tierra respecto al sol, es el renglón donde todo está escrito, María Jesús es feliz.

¿Cuánto hay de timo y estafa en la astrología?

¡Nada, por Dios! Otra cosa son los aprovechados, pero ésos están presentes en todas las profesiones.

¿No me diga que cree en las adivinaciones de los gabinetes astrológicos de madrugada en televisión?

Eso no es astrología. Se anuncian con ese nombre y luego salen en pantalla con las cartas del Tarot. Con todos los respetos, eso no es astrología.

¿Es la astrología a la astronomía lo que la alquimia a la química?

No, no. Le insisto. Yo no creo en la astrología porque creer es un acto de fe y no de ciencia. Los astrónomos ubican los planetas y nosotros interpretamos esas posiciones. Yo les respeto y agradezco su trabajo.

¿Y ellos?

Hay de todo. Unos sí y otros se burlan. Pero le diré algo, es la única ciencia cíclica que se conoce. Y la comunidad científica la ha utilizado a base de bien.

¿Cómo?

Hasta el siglo XVII los médicos conocían los humores del cuerpo a través de la astrología y hacían una farmacopea personalizada, adecuada a cada individuo.

¿Por qué cambió aquello?

Entraron muchos factores en juego y, por último, la industria farmacéutica se impuso como negocio.

¿Por qué, si dos personas nacen al tiempo y en el mismo lugar, no tienen idénticas influencias?

¿Acaso no tenemos todos el mismo ADN y somos diferentes? Hay una serie de influencias y de condicionantes que determinan las cosas. Esto es sólo una orientación.

¿Qué tipo de personas recurren a estas consultas en el siglo XXI?

De toda clase y condición social. He visto desde padres preocupados por el porvenir de sus hijos, por cómo serán, hasta jóvenes que vienen en busca de conocer lo que les espera en la vida.

Sea todo lo sincera que pueda: ¿para qué sirve ese conocimiento?

Para muchas cosas. Le pondré un ejemplo. Acabo de llegar de Cuzco, donde he celebrado mi cumpleaños.

(...)

No me mire así. Según en qué parte del mundo cumplas años, así será tu futuro ese año. Hay que planificar qué quieres hacer ese año y elegir bien el sitio según la posición del sol; allá donde se repitan los grados, minutos y segundos.

¿Se lee el firmamento hoy igual que hace cientos de años?

Básicamente sí, aunque la tecnología facilita la observación y la localización.

¿Y puede adivinarse, qué sé yo, la fecha de mi muerte?

No, no. No se adivina nada. Uno puede ver una posición determinada que equivale a la muerte, pero no es una muerte física sino simbólica. Puede significar cambio de un tiempo a otro.

¿Estamos cerca de algo así?

Entra Plutón en Capricornio; eso supone un cambio político y social. ¿Es bueno o malo? El tiempo lo dirá.

¿Y la crisis? ¿De qué color es el futuro?

Entre junio y julio se acaba el ciclo Júpiter-Saturno y comienza a remontar.

¡Alabado sea Dios!

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