Mercurio Sedente

Adentrarse en la espesura
como decían los místicos,
llenaras tu playa de escombros
primero aparecerán naranjas
después maniquíes rotos,
y finalmente como en una profecía
el siniestro rostro de Baal.

Aquella copa que sostenía Mercurio
sedente en la vieja Emerita, no contenía
nada...
Lo peor que puede ocurrirte es que aquel
que sabe no lo comparta.
Tenia tanto ego como vanidad, y aunque
podría haber sido sabio, dejo escapar
el nutrido cáliz.

Mentira tras mentira despojaba una realidad
que se apreciaba detrás del velo y que rasgaba
a cada torpe de sus pasos.
¡Nadie veía nada a menos que yo se lo mostrara!
Enfoque la lampara y como en el Mago de Oz,
fue descubierto el torpe mecanismo que
manejaba pareciendo un gigante pero siendo
un infeliz.

No me arrepiento de mi viaje ya que fui concebida
para ello.
Candil, candil, iluminame el camino siempre hacia
delante para ver mi destino.

Carmen Rochera
26/10/2010
21:08h.
Valencia- España

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