Ya'far ibn Muḥammad Ibn 'Umar Abū Ma'shar al-Baljī (787-886) más conocido con el nombre de Abu Ma'shar o Albumasar, nacido en Afganistán, vivió en la ciudad de Bagdad dedicado al estudio de las tradiciones proféticas de Mahoma o hadices hasta que, mediada su vida, el interés por la astrología le llevó a profundizar en ella llegando a ser uno de los más respetados astrólogos de su tiempo.
Su investigación y práctica astrológica se fundamentó en las tradiciones mesopotámicas, persas, griegas y, como no, islámicas.
Su extensa obra fue traducida al latín durante el siglo XII por lo que influyó en gran medida en los astrólogos y pensadores de la cristiandad.
El libro de las flores o Kitāb tahāwīl sinī al-‘ālam o Kitab al Madjal al Kabir, traducido al latín por Johannes Hispalensis (Juan de Sevilla) con el nombre de Liber introductorius maior, refleja el estudio de Albumasar sobre la naturaleza de un año determinada por el horóscopo siendo su principal objetivo servir de libro de texto para el estudio de la astrología, con multitud de ilustraciones del firmamento, incluyendo zodiacos, constelaciones, estrellas y planetas. En ella propugna la tesis del determinismo astrológico frente a sus detractores. Años más tarde se tradujo bajo el título latino Introductorium in astronomiam.
Albumasar relacionó la astrología con las teorías naturales de Aristóteles, describió las eras astrológicas en base a la precesión de los equinoccios en el zodiaco, en sus estudios astronómicos propugnó el modelo heliocéntrico del sistema solar.
Para Albumasar la astrología es una ciencia revelada por Dios.
Según cuenta Said el Andalusí, Albumasar redactó unas tablas astrológicas que estaban extraídas de un manuscrito de tiempos ancestrales guardado en Isfahán desde antes de producirse el diluvio universal.
El determinismo defendido por Albumasar propone que todo está relacionado, desde el designio divino, los movimientos de los planetas y estrellas hasta la criatura más insignificante. Esa determinación tiene la variable, en las personas, de la decisión que, sin embargo, podrá oscilar dependiendo de nuestras cartas natales y revoluciones. Así como la madera puede ser rígida o flexible, el agua cristalina o turbia, el fuego vivaz o moribundo, la tierra húmeda y fértil o seca y estéril y el metal duro o maleable... La capacidad de elección viene dada por "la materia con que estamos conformados y en qué momento se conformó", encajando así en la determinación astrológica.
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